A veces el cansancio parece que se nos pega desde la mañana, hasta la noche. ¿Es porque hacemos demasiadas cosas? ¿Qué tal si le dijera que todo eso se puede arreglar cuidando los alimentos?
Salvo cuando el cansancio es causado por una enfermedad, no tenemos por qué sentir fatiga crónica. Si la tenemos, es momento de cuestionar nuestros hábitos, pues allí hallaremos el origen de nuestro problema.
Hay dos maneras en que nuestra forma de comer influye en un nivel de energía bajo. Por un lado, se trata de un proceso de digestión largo y demandante como resultado de la ingesta de alimentos cárnicos, que son más difíciles de digerir. Por otro lado, es que la calidad de los alimentos nos provocan ciclos energéticos. Cuando las calorías se procesan demasiado rápido, sobreviene más tarde un bajón energético. Esto nos los producen las sodas, los dulces, la comida frita y las harinas blancas.
Comer fuerte de noche hace que nos cueste conciliar el sueño. Por lo mismo, nos será difícil levantarnos temprano. Consumir estimulantes de noche, como el café y el cigarro, tiene el mismo efecto contraproducente.
Si usted quiere tener su energía al cien por ciento, le recomendamos que cuide mucho su dieta, tanto la calidad de los alimentos como las horas en que los consume. He aquí un plan que nos llevaría a elevar nuestra energía:
Hay que incluir:
Si no quiere evitar el café mañanero, no lo haga. También aporta lo suyo. Una alternativa más sana son los tés verdes, que igualmente tienen cafeína.
Será bueno evitar los panes y cambiarlos por apio, berro, dátiles, nueces.
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