De acuerdo a un estudio del Sistema Nacional de Salud de España entre los años 2005 y 2015 revela que si una mujer sufrió un infarto agudo de miocardio las posibilidades de muerte aumentan un 18 %.
El trabajo fue realizado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (Fundación IMAS), Efe ha hablado con la directora de esta investigación, la cardióloga Antonia Sambola.
Sambola, coordinadora del Grupo de Trabajo Mujeres en Cardiología de la SEC, afirma: “Las mujeres reciben menos tratamiento de reperfusión (apertura de una arteria que está cerrada y provoca un infarto) y menos tratamientos basados en la evidencia científica como betabloquantes o antiagregantes…”.
Según esta doctora, cardióloga en la Unidad de Cuidados Cardíacos Agudos del Hospital Vall d’Hebrón (Barcelona. noreste de España), “las mujeres suelen consultar más tarde que los hombres cuando presentan un infarto y esta circunstancia puede ser debida a varios factores”:
La tasa bruta de mortalidad en mujeres (18,3 %) fue el doble que en hombres (9,3 %). Además, se vio que las mujeres tenían una menor tasa de intervencionismo coronario percutáneo y bypass aortocoronario. Estos procedimientos están asociados a una mayor supervivencia en infarto agudo de miocardio.
Una conjugación de riesgo de mortalidad por edad, comorbilidades y eventos adversos durante el ingreso, da como resultado que el riesgo de mortalidad en mujeres sea un 18 % mayor.
El infarto lo padecen más hombres. Pero cuando aparece en mujeres tienen más riesgo de morir. Además, declara Sambola, “las mujeres jóvenes tienen peor mortalidad que los hombres jóvenes con infarto”. El estudio fue guiado por los siguientes aspectos:
“Que hay síntomas que se dan en mujeres y que no se dan en hombres es un mito” desmiente la cardióloga.
Las féminas tienen dolor en el pecho, dolor en el brazo, dolor en el cuello y dolor en la espalda. Matiza que lo que ocurre es que “tiene síntomas adicionales más intensos, como la sudoración, más náuseas y vómitos, más sensación de mareo, más malestar general”.
Y añade que, en ocasiones, cuando las mujeres acuden a urgencias, “el infarto ya está evolucionado y puede ser que algunas no tengan dolor porque ya han pasado bastantes horas y lo que tienen es insuficiencia cardiaca”.
Antonia Sambola tiene la esperanza de que la repercusión de este estudio se materialice en alguna campaña poblacional que ayude y alerte de forma concreta y realista a las mujeres para que se conciencien de la importancia del autocuidado.
“También, que no duden en acudir al médico en cuanto comiencen los síntomas; y segundo, que los profesionales también se sensibilicen. Se piensa que el infarto es una enfermedad de hombres y esto no es así”, dice.
Por Ángela Arrizabalaga // EFE/REPORTAJES
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