Expertos tanto en zootecnia como en sociología, han encontrado que la gran mayoría de los animales, en cuanto a su vida sexual se refiere, “hacen de todo, mejor y más que los humanos”. Sin embargo, al
Expertos tanto en zootecnia como en sociología, han encontrado que la gran mayoría de los animales, en cuanto a su vida sexual se refiere, “hacen de todo, mejor y más que los humanos”. Sin embargo, al afirmar esto, no tratan de comparar la sexualidad del ser humano con la del mundo salvaje o viceversa.
Apareamientos y Copulaciones Salvajes
En algunas especies de animales los machos son muy agresivos, tanto que hasta llegan a matar a sus propias crías. En estos casos las hembras toman dos caminos, o eliminarlos casi por completo, o bien se buscan un protector que ahuyente al violento, como hacen las leonas, las elefantes, la foca monje o la foca elefante.
En el caso de estas últimas, los machos llegan primero al territorio y se pelean entre ellos. Cuando van llegando las hembras, el macho fuerte las recoge y las lleva hasta el comitorio. Las hembras se van con el primero que llega porque, si no, los demás machos las matan. Son tan agresivos que llegan a matar a la hembra antes de reproducirse… Eso pasa también con las cabras. En el caso de las tigresas, éstas sólo usan al macho para la reproducción y luego se van, no sin antes lanzar potentes zarpazos contra su compañero. Sus cópulas duran algunos segundos. Por el contrario, los rinocerontes emplean hora y media en el acto central del apareamiento y sus embestidas son de antología.
Por otro lado, las leonas eligen al macho con una buena melena para que se le vea de lejos y de fuerte rugir. Las hembras se encargan de alimentar al macho, pero lo hacen lejos de las crías porque las matan, las suyas y las de otros. Un experto observó la siguiente escena: tres leonas haciendo un círculo con su cuerpo y las crías comiendo dentro. “Cuando una especie necesita un guardaespaldas, el violento se vuelve más agresivo, llegando a atacar todo lo que se mueve. Esto es un claro ejemplo de que la violencia sólo engendra más violencia.
La mayor anarquía sexual se encuentra entre los chimpancés. La hembra en celo copula con toda una fila de machos que esperan pacientes su turno, sorprendentemente, sin pelearse. La chimpancé se asegura quedar preñada y provoca confusión en la paternidad de las crías; así, si un macho cree que una cría es suya quizá se abstenga de matarla. Pero los chimpancés son caníbales y si no tienen carne, devoran las crías del grupo sin ser indulgentes con los hijuelos de las hembras con las que se han apareado. Esta especie depende, principalmente, de la ferocidad de sus madres para sobrevivir.
CURIOSIDADES SEXUALES
¿Prostitución a cambio de comida?
Lo que más trabajo cuesta conseguir es la carne. Cuando un ejemplar tiene una presa, otro la puede conseguir a cambio de favores sexuales. Hubo un caso en un zoológico de Pekín, donde enseñaron a los primates a partir y comer cocos. Después les tiraron cinco ellos y el macho dominante los consiguió todos. Apareció una hembra y se los fue arrebatando uno a uno no sin antes copular con él. También hay casos de cabras en las que es al revés, machos que consiguen de una hembra comida a cambio de una cópula. Estrambóticos órganos sexuales y cinturones de castidad
Los tamaños y formas de los órganos sexuales de los animales son muy variadas. Hay penes que tienen como ojos, otros tienen plumas, otros se dividen en dos, etc. En cuanto a las posturas, todos los animales vertebrados (que poseen columna vertebral) tienen que colocarse encima de la hembra. Los caballitos del diablo son libélulas que lo hacen muy etéreo, en el aire y ambos deben levantar mucho sus colas, forman un corazón con ellas en el aire. En el caso de los hipopótamos, ellos tienen que copular dentro del agua porque sus huesos son muy frágiles y además su peso los hundiría en la tierra. Sólo asoman la cabeza fuera del agua y gozan de plena intimidad. Uno de los tentáculos del calamar nautilus es su órgano reproductor; cuando tiene el saco espermiótico lleno lo suelta y lo manda al agua; como si llevara un localizador el saco sabe dónde está la hembra.
Pero los tienen mejor las sepias: se besan durante horas porque su bolsa espermiótica está dentro de la boca.
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