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El hombre elefante

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“Levántate”, grito el animador del espectáculo callejero en el Londres a mediados del siglo XVIII; y desde un rincón oscuro de un cuarto lo que parecía un montón de trapos sucios empezó a moverse le

Joseph Merrick quizá sea el caso más conocido de hombre-monstruo. Esta es la dramática historia de un hombre que nació sano, pero sufrió un terrible enfermedad degenerativa que lo convertiría en…

  “Levántate”, grito el animador del espectáculo callejero en el Londres a mediados del siglo XVIII; y desde un rincón oscuro de un cuarto lo que parecía un montón de trapos sucios empezó a moverse lentamente hasta cobrar vida y quedar encorvado… era Joseph Carey Merrick conocido como El Hombre Elefante, quien aparentaba tener los brazos y piernas de un hombre, pero su cabeza, cara y un brazo estaban tan grotescamente distorsionados que parecían representar el perfil de una bestia salvaje con una larga y colgante trompa…

 Desde la más remota antigüedad han existido seres cuya apariencia parece contradecir su naturaleza humana. Son llamados monstruos y aunque en tiempos remotos se los creía de origen divino, en el presente se sabe que son fruto de grandes mutaciones genéticas o patológicas… Como es el caso Joseph.

 Independientemente de la repugnancia que sus malformaciones protuberancias de la piel podían provocar, Jospeh Merrick era también una criatura capaz de inspirar una gran ternura a quien lo tratara. Su gran sensibilidad acababa por hacer su presencia conmovedora y, si no atractiva, al menos tolerable para quienes eran capaces de ver más allá de su dramática fealdad física.

MONSTRUO CON SENTIMIENTOS!
  La historia de Joseph se conoció mundialmente en 1980, cuando el director de cine David Lynch realizó la película El hombre elefante, basada en su vida.

 De esta historia se desprende que Joseph nació el 5 de agosto de 1860, en Leicester, Inglaterra. En el momento de nacer fue un bebe normal, sin embargo se le comenzaron a desarrollar extraños bultos y tumores a la edad de 5 años. Su madre murió cuando él apenas tenía 12 años y su padre volvió a casarse más tarde. Su nueva madre no le admitió, haciéndole la vida imposible, lo que provocó que a Merrick se le ocurriera la idea de cobrar por exhibirse. Así fue como escribió a Sam Torr, un director de circo que buscaba novedades para mostrar en su pista. Cuando le vio, comprendió el gran negocio que significaba Merrick.

 En una de sus presentaciones lo conoció un prestigioso médico llamado Frederick Treves que se interesó por él y tras conocerle y platicar un rato, le dio una tarjeta personal para que no le pusieran impedimentos cuando fuera al Royal London Hospital, donde él trabajaba.

 Pero tras un viaje a Bélgica, donde su exhibición fue prohibida por las autoridades, regresó a Inglaterra. Fue apresado en la estación de Liverpool por la policía y estuvieron a punto de internarlo en un manicomio de no haber sido porque enseño la tarjeta del doctor Treves.
  Cuando el médico lo vio su aspecto era lamentable y su estado emocional cercano a la auténtica locura. Merrick comenzó a llorar; aquello desconcertó a Treves… ¡el monstruo tenía sentimientos!

 Ya calmado y acomodado en el ático del Hospital de Londrés, empezó a hablar con su protector, quien quedó impresionado por la afable e inteligente personalidad de aquel ser de físico deformado por la naturaleza. En diciembre de 1886 Merrick pudo disponer de su propia casa en las cercanías del Hospital. Allí su mente pudo por fin descansar dedicándose a la lectura y a contestar una increíble cantidad de cartas. Pese a todo Treves no estaba contento, sabía que su amigo necesitaba hablar con otras personas, especialmente con mujeres que le apartaran de médicos y científicos.

 Merrick adoraba al sexo contrario y sólo su madre no había mostrado repugnancia al acercársele. Treves preparó una cita con una hermosa viuda, la cual le dio la mano y le sonrió. Ante esto Merrick comenzó a llorar de emoción. Por primera vez una mujer que no fuera su madre lo había tocado. La historia corrió pronto de boca en boca y fue a visitarlo la Princesa de Gales, quien le tomó por la mano y habló un buen rato con él. Su visita se repitió en numerosas ocasiones. En una de ellas le regaló una fotografía firmada, que se convirtió en un verdadero tesoro para Joseph.

 Una mañana de 1890 fue encontrado muerto en su cama… Hoy al examinarse el esqueleto la hipótesis más admitida es que se quedó dormido sentado en la cama y su cabeza se inclinó de golpe desnucándole.

 Pero ¿qué enfermedad padecía este hombre?
 
 El propio Merrick alentó la idea que durante un desfile de animales del circo cercano, su madre, estando embarazada de él, había sido empujada por la muchedumbre cayendo bajo un elefante. El terror que le causó la experiencia era el origen de sus deformidades. Esta versión fue la que adoptaban los jefes de pista cuando lo presentaban al público.

 Durante años se ha supuesto que Merrick padeció neurofibromatosis. Se trata de un desorden genético que afecta a uno de cada 400.000 recién nacidos. Pero recientemente, algunos médicos afirman que padeció el síndrome de Proteus, más raro todavía y del que sólo se conocen 100 casos en el mundo.

  Si hoy en día alguien tuviera esta enfermedad, con los adelantos científicos existentes seguramente su imagen no sería tan grotesca como la de Joseph Merrick, el hombre que afligido y atribulado vivió durante 37 años como elefante…. Por eso su historia es parte de nuestros Dramas de la Vida Real!

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