Te tengo una noticia….pero antes, me acordé de un compa más o menos nuevo en el trabajo, de esos que hay en todas las compañías, un día llegó con el que hace los programas de computación y le dijo muy entusiasmado. “Ya sé lo que necesitamos, Miguel, necesitamos hacer que la revista llegue a los lectores”…¡Ah, bruto, pensé yo dentro de mí, casi siempre pienso dentro de mí, sólo cuando me siento bien en confianza con los demás y conmigo mismo me atrevo a pensar fuera de mí. Pues esa vez pensé, ‘descubriste América, fregao, la revista lleva más de treinta años ¿y hasta ahorita se te ocurrió que hay que hacerla llegar a los lectores? No lo dije, lo pensé. Y yo que me admiraba de él, acabo de descubrir América,y te diré algo que he observado y a lo mejor no sabes: “El año nunca pasa del 31 de diciembre”, allí se acaba, allí se estrella y empieza otro nuevo… No hay un solo año que pase del 31 de diciembre. ¿Te imaginas que el año viejo quisiera seguir encimado con el nuevo? ¡Hombre, si con uno apenas podemos……! ¡Con tantos bills y tantas biles!
El año llega a su final y allí tiene que acabarse… Y así como los años, la vida debe terminar al llegar al final… Cuando dejas de ser útil para la vida y la vida deja de ser útil para ti debes de aceptar que llegaste al 31 de diciembre. Y por más que todos digamos con asombro “que rápido se acabó este año” la verdad es que, desde que arrancó con ganas, ya sabíamos que no iba a durar, que el 31 de diciembre se veía venir a maaá…..s velocidad que la del año anterior… Ve nomás como entró este que ya casi se echó un mes a la bolsa.
Pues así como pasa con los años que un día empiezan con pitos y confetti, brindis y alegría, y rápido llega al 31 de diciembre, igualitamente así pasa con la vida, cuando menos acordaste ya se pasó…. completa. Lo que hiciste, hiciste y lo que dejaste sin hacer así quedará, porque a toda vida le llega su 31 de diciembre. Y todo viejo sensato debe de entender que así como no se pueden empalmar los años, no hay que empalmar nuestras vidas moribundas con los que todavía tienen mucha vida.
Es de sabios reconocer y aceptar el fin de año y el fin de la vida… digo mal, no se necesita ser muy sabio para entender eso, más que sabiduría se necesita otra cosa.
Decir que tienes que aceptar que ya llegaste al 31 de diciembre de tu vida, no es crueldad es realidad. Es algo que cada uno de nosotros debemos entender… y entenderlo a tiempo, antes de que dejemos de entender. Es entender la vida y entender la muerte.
Cuando te conviertes en un estorbo debes de acordarte que muchas veces dijiste: “Mucho ayuda el que no estorba” ¡Aja, ahora te friegas! Debemos entender eso bien y aplicarlo caiga quien caiga. Lo importante es que si llegas al 31 de diciembre de un año y dices con tristeza “Se fue el año y no hice nada”, no llegues al 31 de diciembre de tu vida y digas con amargura “Se fue la vida y no hice nada”. Porque así como el año se pasa y no alcanzas a realizar todos tus anhelos, aspiraciones, propósitos, promesas y deseos, la vida se va a pasar y muchos ni siquiera alcanzamos a entender bien en qué consistía eso de vivir… bueno, con decirte que muchos ni siquiera alcanzan a empezar la dieta esa que se proponían y tanto presumían que iban a empezar, y mueren bien panzones, y a veces eso es lo que los mata…. Y ya nomás esto te diré para terminar y ponerme a hacer otra cosa: El que sabe aprovecha bien el tiempo sabrá morir a tiempo y nunca será un estorbo, porque como dijo aquel que dijo: “hay unos que de muertos hacen falta y hay otros que de vivos estorban…mos”.
El Pilón.- Cuando veo viejos enamorando jovencitas me acuerdo de lo que dijo aquel que dijo: “Acuérdese compadre que usted es tan viejo como la mujer cacariza, digo, como la mujer que acaricia… Pero tenga muy en cuenta que si busca jovencitas no sólo tiene que sacar juventud de su pasado, como dijo José Alfredo Jiménez, sino que tiene que sacar juventud de su cartera, como dijo mi compadre, José Alfredo Manzano”.
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