‘‘Mamá tengo miedo, en mi cuarto hay una sombra que me observa con rabia, y no me deja dormir’’ No es nada extraño escuchar quejas como estas de niños temerosos de dormir por el hecho de penetrar a un
‘‘Mamá tengo miedo, en mi cuarto hay una sombra que me observa con rabia, y no me deja dormir’’ No es nada extraño escuchar quejas como estas de niños temerosos de dormir por el hecho de penetrar a un mundo de temores. El poder de las pesadillas para perturbar la vida de un niño alcanza su máxima fuerza durante los años preescolares. “Es común que los niños a esa edad tengan malos sueños que recuerdan una o dos veces por semana”, afirma la doctora Jodi Mindell, sicóloga clínica y profesora de neurología en el Medical College de Pensylvania.
¿Qué es lo que hace que niños de 3 ó 4 años sean susceptibles a las pesadillas? Estas es una época en que la imaginación y la creatividad florecen y los chicos empiezan a pensar de una manera abstracta. A la vez, los niños están perdiendo el sentimiento de invulnerabilidad que tenían de infantes. Ahora se dan cuenta de que pueden lastimarse. Los nuevos temores que sienten a menudo se encarnan en fantasmas y monstruos que salen a la superficie en los sueños.
A veces, lo que estimula las pesadillas parece ser casual e inevitable. Otras veces éstas parecen inspiradas en historias y cuentos de terror, lo que convierte a las pesadillas en algo particularmente perturbador para los preescolares es que ellos todavía tienen dificultades para establecer una clara distinción entre lo que es fantasía y realidad. Para encauzarlos hacia sueños felices o al menos para que no sueñen cosas feas, a continuación les ofrecemos algunas sugerencias.
Asegure su tranquilidad a la hora de acostarse.
Si su hija es propensa a tener miedo, la sobremesa no es el momento para juegos con frases como: “¡Te voy a agarrar!” Incluso si su niña se ríe sin parar y se divierte mucho en el momento, este tipo de actividad poco antes de la hora de dormir aumentará la posibilidad de que tenga una pesadilla. Esto significa también que se deben evitar las películas y los libros de horror antes de ir a la cama. Recuerde una cosa: las historias que adultos y niños mayores encuentran simpáticas o encantadoras pueden aterrorizar a los preescolares. Por ejemplo, películas como El Mago de Oz y los dibujos animados como Blancanieves y los Siete Enanitos son de las cosas que más pesadillas provocan en niños de esta edad, “resalta el doctor Harold Koplewickz, director de siquiatría infantil y adolescente.
RECONOZCA Y RESPETE LOS MIEDOS DE SU HIJO
•- Si su niño le pide que deje la puerta del dormitorio abierta o la lámpara encendida, hágalo. Recuerde que al solicitar estas cosas, él está admitiendo que se siente abrumado y no convierta lo que le pide en una cuestión de madurez; eso lo asustará más aún.
•- Si se despierta llorando tras un sueño horrible, muéstrese calmada y comprensiva. No olvide que él necesita recibir de usted apoyo emocional. Abrácelo y dígale: “Todo está bien. Estoy a tu lado”, hasta que se haya tranquilizado.
•- Nunca se burle ni menosprecie la reacción de su niño diciéndole cosas como: “Fue sólo una pesadilla, no hay de qué temer.” Para él, esa pesadilla es tan real como lo que vive de día.
EVITE HABLAR SOBRE LOS DETALLES
No tiene sentido enfrascarse en una larga discusión a mitad de la noche, sobre el contenido o el posible significado del sueño. Lo único que lograría es que ambos acaben agotados. Indagar acerca de los detalles, a fin de cuentas, hace que al niño le sea más difícil volver a dormirse, porque contar los detalles podría revivir sus miedos. Si su hijo/hija parece experimentar dificultades en recuperarse de una pesadilla, eche mano de su confusión entre fantasía y realidad para su provecho. Se le puede hablar sobre la pesadilla en la mañana, si el pequeño así lo desea. Pero si no muestra interés, no le obligue. Si se le dificulta poner en palabras lo que más le asusta, sugiérale que haga un dibujo. Este le permitirá enfrentarse con su miedo de una manera simbólica, y luego podía romper la imagen del monstruo o tirarlo a la basura. Es importante resistir la tentación de analizar el sueño de su peque. En realidad, a él o ella no le importa el supuesto significado de su sueño.
LOS TERRORES NOCTURNOS
Es fácil confundir las pesadillas con los terrores nocturnos. Ambos son comunes en los niños de esta edad. Ser capaz de ver la diferencia puede mitigar su preocupación y ayudarle a su hijo a responder de un modo apropiado. Si el niño está pasando por un terror nocturno, lo único que usted puede hacer es vigilar que no se lastime por accidente. Durante el episodio, que podría durar de algunos minutos, él se halla en el estado más profundo del sueño. Aún así, debido a su sistema nervioso inmaduro, no puede hacer la transición a un estado de sueño más ligero, llamado sueño R.E.M.
Una vez que el terror nocturno haya pasado, el mejor consejo es olvidarlo… Y usted tenga presente que: “Recordar a la mañana siguiente sólo le creará una mayor confusión.
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