La peluquera dijo que iba a recortarme el bigote: “nomás no le corte mucho, porque es el que me da personalidad y encubre las narizotas”. Con el polvillo se me vino un estornudo, luego otro y…
La peluquera dijo que iba a recortarme el bigote: “nomás no le corte mucho, porque es el que me da personalidad y encubre las narizotas”. Con el polvillo se me vino un estornudo, luego otro y se aflojaron la mucosas, pedí tiempo, saqué el pañuelo y me “soné las narices”… La peluquera se asombró “hacía años que no veía un pañuelo, ya casi no se usan”… Y así es. Por más que he querido pasar la costumbre a mis hijos y les regale pañuelos para Navidad, nomás no prende mi consejo, pero yo me siento raro si salgo de la casa sin llevar un pañuelo en la bolsa trasera del pantalón, en la misma bolsa que siempre lo he cargado, aunque ya no se use; y digo que me siento raro, porque desde hace muchos años, en una bolsa va la cartera y en la otra el pañuelo, si falta uno o la otra, al sentarme quedo desbalanceado… será por eso que no dejo el pañuelo, pero muchos ya no lo usan.
Me peleaba con los muchachos en el trabajo, porque en lugar de sonarse decentemente las narices con un pañuelo, se apretaban las narices y escupían los mocos en el suelo… ¿ha visto usted cómo dejan los babosos el rastro en la mañana frente a la puerta de su casa junto al jardín? Pues así dejan algunos ba…cochinos el rastro por no usar pañuelo. Que porque así le hacen los jugadores de fut en la tele, pues es la causa que se resbalan tanto en la cancha. No se ve bien, Que está usted viendo el partido en la tele y botaneando unas tostadas de cebiche y zaz pasa un jugador le escupe aquello en su tostada. Se arruinó la fiesta.
Y aunque usted no lo crea, en aquellos años cuando yo jugaba fut, los calzoncillos de fut, que así se llamaban, traían una bolsita atrás y no era de adorno, era para el pañuelo. Busque fotos viejas de los sesentas y verá.
Otra cosa que pasó por dejar de usar el pañuelo fue la moda de los cantantes. Cuando se usaba el pañuelo había cantantes buenos con voz limpia y fuerte; pues claro, traían las narices bien limpias, casi ni micrófono necesitaban. Pues ahí tiene usted que por no sonarse las narices salieron una bola de cantantes gangosos que apenas se les oye la voz y mire usted… ¡se hizo moda! Lo que son las cosas. Tenía un sobrino que hasta se metía papel a las narices para cantar a la moda…
Sabrá Dios qué otras cosas nos sucederán por no usar pañuelos, hasta puede ser que la epidemia esa mentada de la gripe, sea por mocosos, por lo menos eso les ha de haber dado la idiota…
Pero ni modo, las costumbres cambian y luego el pañuelo ya había durado muchos años. Los romanos lo usaban para limpiarse el sudor de la frente y la cara, ya ve cómo eran gordotes, tragones y no hacían ejercicio… como ustedes comprenderán, sudaban mucho y fácilmente, A los pañuelos se les llamaba entonces “facilia”, algo de cara, y en plural porque llevaban de a dos o más -pañuelos, no caras-.
El pañuelo y su mocosa historia
Nerón lo usaba para taparse el sol en las fiestas del Circo romano y se empezó a usar agitar el pañuelo, como se usaría después en los toros y en las despedidas.
El pañuelo de bolsillo apareció en Venecia por el año 1540 y todavía se le llamaba en italiano fazzoletto traducción de aquel facilia.
Ya después se le fueron dando mil usos: servilleta, bufanda, mascada. Los bandidos lo usaban para taparse la cara y no los reconocieran. Los rancheros lo usaban de tabaquera y de monedero, de preferencia esos pañuelos rojos grandotes que hoy se usan de mascadas; en una esquina le hacían un nudo con las monedas y en otra esquina se anudaba el puño de tabaco que luego se rolaba en una hoja seca de elote y todavía les sobraba campo suficiente para sonarse las narices.
Las mujeres no usaban esos pañuelotes rojos, ¡qué esperanzas! Usaban unos delicados pañuelos cuadrados, porque años atrás María Antonieta, esposa del rey francés Luis XVI, dijo que todos los pañuelos tenían que ser cuadrados, como los que el emperador Aureliano del siglo III impuso en Roma a los asistentes al circo y al teatro. Sólo que a las muchachas les dio por adornarlos con bordados, y ponerles el nombre y presumían el pañuelo, se tapaban la cara coquetas y cuando había un galán apetecible a la vista dejaban caer el pañuelo para que el galán lo recogiera y lo devolviera, ya fuera inmediatamente o en la casa de la dama… y de allí salió el dicho por allí: “Tan buen partido es el mozo que recogía hasta veinte pañuelos en una tarde” Pero como ya dijimos que dejaron de usarse los pañuelos hoy en día se dice: “era tan buen partido el cantante que recogía hasta veinte pantaletas en una presentación”… Sin comentarios.
Salud, saludos y hasta la próxima.
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