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Tú qué sabes!

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Una cosa es preguntar ¿qué sabes tú? y otra muy diferente decir con desdén “Tú cállate, tú qué sabes”. Como si de veras supiéramos lo que que hay que saber…

No te imaginas la cantidad de gente que hay en el mundo que cree que la sabiduría propia crece cuando negamos la sabiduría de los demás, o exponemos su ignorancia. No necesitamos exponer nada. La verdad es que todos somos ignorantes. Porque a fin de cuentas no sabemos nada importante, pura trivia, puro chisme es lo que sabemos.


Cuando se trata de asuntos de leyes civiles, leyes humanas, por ejemplo, tenemos que consultar con un abogado, porque de leyes y manejos de los jueces y las cortes no sabemos ni papa. Ni siquiera entendemos su lenguaje. Tampoco entendemos cómo funcionen las leyes de la naturaleza, nos atenemos a lo que nos dicen los científicos, que a veces casi los entendemos.

Si se trata de problemas de salud, problemas con los órganos del cuerpo tenemos que consultar con un médico, porque no sabemos ni donde tenemos el bazo, menos el píloro, ni si el dolor lo sentimos en el hígado o en el riñón… A veces es buena una segunda opinión, decimos, ya que no todos los médicos ni todos los abogados, ni todos los profesionales son buenos, por lo menos hay unos mejores que otros… “es un doctor muy atinado” dice la gente de un buen doctor, por ejemplo. No es que sepa, es que le atina, creemos. Ni siquiera todos los profesionales saben todo lo que deberían de saber.

La cosa se pone más seria cuando se trata de saber qué nos espera después de la muerte, digamos, aparte de la sepultura o la cremación, que hasta allí es donde sabemos y estamos seguros de una realidad, pero. ¿Qué es eso que llaman ‘el más allá’? Para saber eso nos vamos a las religiones y cosas parecidas, consultamos con curas, pastores, rabinos, ayatolas, chamanes, brujos, etc,

Las respuestas son variadas y a veces muy diferentes, pero nadie trae los pelos en la mano, nadie ofrece pruebas de que la burra es parda, sólo podemos creer, o no creer. De manera que mientras no sepas a ciencia cierta qué hay más allá, no me presumas que eres un sabio del más acá, porque si no sabes a dónde vas, dudo que sepas, con certeza, de dónde vienes y qué haces aquí…. Yo sospecho que de ser sabios nuestro vivir en el mundo sería muy, pero muy diferente… Sin pobreza, sin esclavitud, sin guerra, para empezar… ¿Tú, qué sabes? ¿Sabes?

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