Cierto perro encontró un hueso de gran tamaño y lo tomó entre sus dientes para llevarlo a casa y allí poder comérselo a su regalado gusto
Cierto perro encontró un hueso de gran tamaño y lo tomó entre sus
dientes para llevarlo a casa y allí poder comérselo a su regalado
gusto.
En el camino cruzó un arroyuelo cuyas cristalinas aguas reflejaron
una imagen, y le hicieron ver, ingenuamente, que abajo del puente
había otro perro con un hueso mucho más grande que el suyo.
Y aunque el canino tenía hambre, era más fuerte su avaricia, así
que sin pensarlo abrió la boca y con un decidido salto, se zambulló
en el agua decidido a quitarle al otro perro su alimento. Mas, ¡oh
desencanto!, se sumergió hasta el fondo y por más que buscó, no
encontró a su rival.
Entonces se dio cuenta, aunque tarde ya, de que por su glotonería
y avaricia había perdido su único bocado que seguro tenía. Ahora
tendría que seguir con la panza vacía!!
Moraleja: Piensa bien en lo que vas realizar,
no sea que la avaricia sin nada te vaya a dejar!
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