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INTERNET Y NOTICIÓN: PANDEMIA DE ERRORES

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El aumento de la vida ‘online’ debido a la crisis sanitaria en la que estamos inmersos, las restricciones de desplazamiento o la propia decisión de salir lo menos posible, no solo es una  tendencia derivada de la lucha contra la pandemia, sino que previsiblemente será uno de los rasgos permanentes y de la nueva normalidad emergente.

El trabajo, los estudios, las compras, las gestiones e infinidad de otras actividades a distancia, a través de la red, tienen muchas ventajas, pero también inconvenientes, como el auge de las llamadas ‘fake news’ o falsas noticias, que influencian las elecciones y decisiones de las personas sobre distintas facetas de su salud, entre ellas la alimentación.

“Muchos mensajes ampliamente difundidos por internet que promueven restricciones en la alimentación carecen de base científica”, señala el doctor Lluis Serra Majem (https://twitter.com/serramajem).

Lluis Serra Majem es catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, lleva 35 años trabajando en el campo de la nutrición y la salud pública.

Señala que “son habituales los mensajes restrictivos y de prohibición que se divulgan con la intención de preservar nuestra salud y su propagación se multiplica a través de internet y las redes sociales, contribuyen a generar ruido y confusión”.

“Esto ocurre cuando se anteponen las preferencias personales del “prescriptor” al interés general y a la cultura de la población y cuando, en muchas ocasiones, el ‘influencer’ no tiene ni la más remota idea de lo que habla”, explica Serra a Efe.

Añade que “muchas veces existen manifiestos conflictos de intereses no declarados, ligados a marcas o a cadenas de distribución. Por ejemplo, hay personas que viven de atacar el arroz para promocionar la quinoa y, a menudo, la industria está detrás”.

Por eso, “es muy importante que cuando queramos saber sobre alimentación y salud acudamos, a profesionales sanitarios y que siempre revisemos que las fuentes y webs estén debidamente acreditadas” advierte.

FALSEDADES E INEXACTITUDES DE LA NUTRICIÓN.

Serra señala a Efe que algunos falsos mitos restrictivos relacionados con la alimentación saludable puedes encontrarlos en esta página www.estilosdevidasaludable.mscbs.gob.es/alimentacionSaludable/falsosMitos/home.htm.

Por ejemplo, son falsos los mitos de que las frutas y el agua es mejor tomarlas fuera de las comidas, según el MSCBS.

“Lo cierto es que siempre es un buen momento para tomar una ración de frutas porque las calorías y vitaminas que aportan siempre son las mismas y, por otra parte, es aconsejable beber de 1,5 a 2 litros de agua a lo largo del día, pudiendo tomarla durante o fuera de las comidas, de manera indiferente”, “Quizás el agua en las comidas favorece la saciedad y reduce la ingesta total de energía”, dice el doctor Serra.

Respecto a las frutas, este profesor añade que el consumo de cítricos al final de una comida “mejora la absorción de hierro presente en cereales o legumbres, que se absorben con dificultad, por lo que nutricionalmente hablando estaría justificado el consumo de fruta en el postre”, precisa el experto.

PAN Y BEBIDAS FERMENTADAS, CON MODERACIÓN.

Añade que tampoco es cierto que el pan no sea saludable, ya que este alimento “está en la base de la alimentación mediterránea y se aconseja como acompañamiento en comidas y cenas y como integrante de nuestros desayunos y meriendas, vigilando el tamaño de las raciones y con qué alimentos se acompaña”.

Según Serra, otro mito descrito por el MSCBS es que los alimentos con grasas vegetales son más saludables que los que contienen grasas animales. Hay muchas excepciones, como las grasas saturadas de coco, palma y palmiste, de origen vegetal, que hay que evitar consumir además, las grasas animales suelen ir acompañadas de vitaminas liposolubles importantes para el correcto funcionamiento del organismo, según MSCBS.

Este organismo añade que la afirmación de que los alimentos congelados son menos nutritivos que los frescos también es un mito, ya que un pescado o una carne congelada tienen las mismas propiedades que si los comemos frescos.

Por otra parte, en contraposición a algunos mensajes restrictivos y de prohibición, “dentro del marco alimentario de la Dieta Mediterránea, se incluye el consumo de bebidas fermentadas, como la cerveza o el vino, siempre con moderación y por adultos sanos y acompañado de alimentos”, apunta el doctor.

Por Ricardo Segura // EFE/REPORTAJES

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